Commodore 64 Drean: El Ícono de la Retroinformática en América Latina

Este es el Drean, hermano del Commodore 64C, no sé si se podría hablar de un clon, era todo original menos la carcasa, y junto con el CZ Czerweny Sinclair, gracias al amigo Fabián Javier, también vino desde Argentina, cuando me propuso otro cambio de ordenadores, me hablo del Drean, desconocido para mí, aunque Xavi Blach que tenía uno ya me había comentado como era y de donde lo consiguió, busque el Dream por internet y viendo un poco la historia, me sedujo el cambio.

Si lo abrimos podemos apreciar como la carcasa está hecha con un molde de matricería del Commodore 64C, pero los acabados son hechos a mano, muy diferentes a los acabados del Commodore 64C, fabricado en Hong Kong, o el fabricado en USA, si veis en las fotografías hay diferencias en el troquelado, orificios o algunas estructuras difíciles de realizar con un molde de matricería único, se han sustituido por otros tipos de encajes modificando la estructura de la carcasa con cambios ingeniosos como la placa metálica negra añadida al port de joystick o las salidas en la parte posterior.

Después de la época de la dictadura en Argentina, el gobierno decidió promover la fabricación de productos electrónicos en el país, ofreciendo ventajas a las grandes compañías para fabricar ordenadores.

La compañía Drean que era un fabricante de electrodomésticos en Argentina en 1983 (lavadoras etc.), adquiere los derechos para fabricar y distribuir los productos de Commodore bajo licencia, pero no las carcasas, teniendo que fabricarlas clonando las originales, lo que constituyo un reto para la industria Argentina en aquel momento, pero lo que al principio fue un problema, se convirtió en un caso único, que al contrario del resto de los distribuidores de Commodore del mundo, Drean pudo incorporar su marca delante de los equipos que producía, y que podemos ver en la chapa metálica de la carcasa, una fusión del logo de Drean y el de Commodore juntos.

Estos ordenadores se ensamblaban en Argentina, las placas y los componentes eran importados de USA.

Cada mes un técnico de Drean viajaba a la fábrica de Commodore en Estados Unidos, seleccionaba las placas que no habían pasado el primer test de calidad, y que allí se descartaban, les quitaba todos los circuitos integrados que estuviesen en zócalo y enviaba las placas con los circuitos integrados a Argentina por vías separadas, como material electrónico para la fabricación de equipos.

Una vez en el país, se volvían a ensamblar las placas y se procedía a reparar los fallos por los que habían sido originalmente descartados por Commodore, las carcasas y el embalaje junto con los manuales se fabricaban en la ciudad de San Luis o eso era lo que Drean afirmaba en su publicidad, aunque luego en realidad se hacía toda la producción en Buenos Aires, en la calle Brandsen, donde Drean tenía unos almacenes y que no tenía autorización para fabricar en ese lugar, probablemente para ahorrar en costes era donde se hacía toda la producción.

Debido a este método de fabricación y que se dejara de fabricar el Commodore 64, era normal ver distintos tipos de teclado a lo largo del tiempo, desde el marrón, más común, el naranja del VIC-20 o el de color crema del Commodore 64C, al final de la producción se llegaron a fabricar los teclados en Argentina por la imposibilidad de importarlos de USA, por la empresa Peek, mucho más duros de teclear.

En 1986 Drean creó la matricería para la carcasa de la Drean Commodore 64C por su cuenta, tradujo el OS al español y comercializó la máquina a espaldas de Commodore.

Esto supuso para Drean la cancelación de la alianza con Commodore , posteriormente 1987 al abrirse del todo el mercado de importación en Argentina, Drean logro persuadir a Commodore para obtener la licencia y comercializar el Commodore 128, pero totalmente fabricados en USA, siendo Drean solamente el importador.