Target Renegade: Combate callejero inmortal

Target Renegade Amstrad

Target Renegade en el Amstrad CPC: una máquina del tiempo a las tardes doradas de la infancia

Target Renegade era un juego de peleas callejeras lanzado en 1988, pero para los que lo jugábamos en el Amstrad, era mucho más que eso: era la excusa perfecta para vivir una aventura llena de emoción, para ponerte a prueba para derrotar a un puñao de malos, para descubrir hasta dónde podía llegar nuestra valentía… o, mejor dicho, nuestra capacidad de aplastar botones.

target renegade

Imagínate a un niño de ocho años, un sábado por la tarde, rodeado de amigos. Habíamos jugado por la mañana a la pelota en la pista de futbol, intercambiando cromos, y, por alguna razón, ese día teníamos suficiente energía para conquistar el mundo entero (o al menos, para limpiar las calles pixeladas de “Target Renegade”). El juego nos transportaba a una ciudad fría y hostil, llena de enemigos de apariencia temible que, aunque no eran más que píxeles en la pantalla, en nuestra imaginación se transformaban en tipos duros que había que derribar a cualquier costo. Controlábamos a uno o dos luchadores valientes, alguien que tenía que enfrentarse a la pandilla que había raptado a su hermano. El argumento, simple pero efectivo, nos absorbía por completo.

Y allí estábamos, pegados a la pantalla, turnándonos cada vez que uno caía, con los ojos brillando de emoción. Recuerdo que, de alguna manera, cada enemigo tenía una personalidad propia para nosotros. Nos reíamos de aquel tipo que venía con un martillo, el temido “tio del martilloo” le decíamos, que siempre nos sorprendía porque venía de la nada y, si te pillaba despistado, te dejaba tendido en el suelo en segundos. Mis amigos y yo hacíamos tratos para ver quién lo enfrentaríamos y a quién le tocaría enfrentarse a los matones de chaquetas verdes. Conforme ibas avanzando descubrías que cada enemigo tenía sus propias caracteristicas, por ejemplo; estaba el “tio de la pistola” que de un tiro te quitaba toda la vida y luego habian otros que estaban calvos que era imposible darles una patada voladora, la que te esquivaban siempre agachandose

La música chiptune, aunque repetitiva, se nos quedaba grabada como una especie de himno de la victoria y el combate. Y, cuando lograbas vencer a todos en la pantalla, había un segundo de silencio antes de que apareciera el siguiente enemigo, y en ese momento volteábamos a vernos con la misma expresión: “Lo estamos logrando”.

El tiempo volaba en esas partidas; a veces nuestras madres venían a regañarnos, porque ni siquiera habíamos comido, y nosotros rogábamos: “¡una vida más!” Quizás nunca llegamos a pasarnos el juego por segunda vez (eso era casi imposible en esos tiempos), pero lo importante no era ganarlo, sino disfrutarlo, vivirlo como una historia propia.

“Target Renegade” no era solo un juego, era un escenario donde la amistad y el valor tomaban forma en cada patada y cada puñetazo. En aquellos momentos, no éramos niños: éramos héroes de nuestro propio videojuego.

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Introducción:

Si creciste en los años 80 y eras fanático de los videojuegos de acción, es probable que el nombre Target: Renegade te provoque una sonrisa nostálgica. Este título, desarrollado por Ocean Software y lanzado en 1988, es una auténtica joya de la era dorada del Amstrad CPC. Como secuela del popular Renegade, Target: Renegade no solo tomó la fórmula del beat ’em up, sino que la mejoró con gráficos impactantes, jugabilidad cooperativa y una experiencia cargada de adrenalina. ¡Vamos a sumergirnos en esta obra maestra!

Gráficos:

Para el estándar del Amstrad CPC, Target: Renegade luce de manera increíble. Los sprites de los personajes están bien detallados y el diseño de los enemigos, aunque algo repetitivo, tiene el encanto retro de la época. Las animaciones son fluidas, y aunque el juego no es una maravilla técnica como podría serlo en otros sistemas, logra mantener la acción a buen ritmo sin comprometer la jugabilidad. Las fases están llenas de vida, desde los callejones oscuros hasta los almacenes llenos de maleantes, con detalles que te sumergen en el ambiente urbano del juego.

Lo que más destaca en términos visuales es el uso de los colores. En comparación con otras versiones, la de Amstrad CPC es vibrante y, aunque tiene sus limitaciones, logra mantener el estilo arcade que tanto nos enamoró.

amstrad target renegade

Jugabilidad:

Aquí es donde Target: Renegade realmente brilla. A pesar de las limitaciones técnicas del hardware, la jugabilidad es ágil y precisa. El juego se desarrolla en cinco niveles llenos de acción, donde tu misión es atravesar las calles plagadas de pandilleros para rescatar a tu hermano, quien ha sido secuestrado por el malvado Mr. Big.

Tienes una variedad de movimientos a tu disposición: puñetazos, patadas voladoras y, lo mejor de todo, la posibilidad de recoger objetos para usarlos como armas, ¡incluyendo bates de béisbol y cadenas! El modo de combate es bastante satisfactorio y, aunque puede volverse algo repetitivo, nunca deja de ser entretenido, especialmente en el modo cooperativo a dos jugadores, donde la diversión aumenta exponencialmente.

El nivel de dificultad está bien balanceado. No es un paseo en el parque, pero tampoco es frustrante. Los enemigos son duros y algunos tienen patrones bastante astutos, lo que obliga a los jugadores a usar tanto la habilidad como la estrategia para avanzar. Si bien jugar en solitario es una experiencia entretenida, el verdadero punto fuerte es jugarlo con un amigo al lado, algo que muchos títulos de esa época no ofrecían.

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Música y sonido:

Ah, la banda sonora de Target: Renegade es otro de sus puntos altos. Compuesta por Tim Follin, es una de esas melodías que se te queda grabada en la cabeza incluso después de apagar el ordenador. El tema principal tiene ese tono electrónico que encapsula a la perfección el espíritu de los 80 y te mete de lleno en la acción. Los efectos de sonido, aunque simples, cumplen su función, con golpes que suenan contundentes y un clímax sonoro cuando recoges armas o terminas con los jefes de nivel.

Curiosidades y legado:

Target: Renegade no solo fue un éxito en Amstrad CPC, sino que también dejó su marca en otros sistemas de la época, como el ZX Spectrum y el Commodore 64. Sin embargo, la versión de Amstrad siempre ha sido considerada una de las mejores gracias a su paleta de colores más rica y su banda sonora. La franquicia Renegade sentó las bases para futuros beat ’em ups, y aunque Target: Renegade nunca alcanzó el mismo estatus que títulos como Double Dragon, tiene un lugar especial en el corazón de muchos jugadores retro.

Gráficos
4
Música/Sonido
3
Jugabilidad
3
Dificultad
4
Originialidad
4
Promedio
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